Por Amir Nassar Tayupe
En la historia del mundo siempre ha existido el aborto, desde el punto de vista religioso es considerado inmoral y contra las buenas costumbres; sin embargo, en muchos países es una práctica legal, todo depende de la cultura de la sociedad y de sus leyes, por ejemplo en Venezuela esta acción está penalizada por el Código Penal, excepto cuando existen amenazas a la salud de la mujer.
Esta
norma establece de seis meses a dos años de prisión para la mujer que se ha provocado un aborto, y la pena para un médico u otra persona que
realice el procedimiento con el consentimiento de la mujer, es de 12 a 30 meses.
Sin
embargo, si la mujer muere, la pena aumenta de cuatro a seis años; la pena
máxima es de 12 años en los casos que el aborto
no es consentido por la mujer y le provoca la muerte.
El
Artículo 386, dicta que las penas establecidas en los artículos precedentes se
disminuirán en la proporción de uno a dos tercios y el presidio se convertirá
en prisión, en el caso de que el autor del aborto lo hubiere cometido por
salvar su propio honor o la honra de su esposa, de su madre, de su
descendiente, de su hermana o de su hija adoptiva.
El tema relacionado a la legalización o no del aborto es uno de los más polémicos del mundo, todo en virtud de los diferentes aspectos que engloba: sociales, culturales, derechos humanos, legislativos y más. No obstante, siempre hay que tener en cuenta las circunstancias en las cuales ha ocurrido el embarazo: si es producto de una violación, las malformaciones congénitas, para casos de los abortos provocados, porque igualmente existen los espontáneos, que son causas genéticas y ajenas al entorno social.
Entre
las realidades sobre el tema del aborto, la Organización Mundial de la Salud, estima que entre los años 2000 y
2017, al menos 33 países ampliaron las circunstancias para legalizar el aborto,
mientras que cada año, aproximadamente 25 millones de mujeres se practica un
aborto de manera ilegal o
clandestina, siendo lo lamentable que corren el riesgos de morir también, a
causa de las condiciones desfavorables de los sitios a donde asisten.
La
vida y la salud son considerados los
dones más preciados del ser humano, atentar contra ellos es inevitablemente un
crimen, con el aborto se arriesgan
ambos aspectos. Es importante detenerse a reflexionar y evaluar las
condiciones, de manera tal que se tomen las medidas anticonceptivas que
correspondan –al tratarse de los abortos provocados- una vida que comienza a
florecer no debe dar otro motivo sino celebrarla.
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