Por Amir Nassar Tayupe
Durante
la ejecución de un proceso judicial, se deben llevar a cabo una serie de fases
entre las cuales destaca la realización del juicio o Fase de Juicio; momento en el cual un juez o tribunal debe
dar una decisión o fallo, con
respecto al caso presentado, luego
de haber evaluado las pruebas presentadas por la parte acusadora, y también
haber escuchado los argumentos de la defensa, a esto se le llama sentencia.
La
sentencia declara o reconoce el derecho o razón de una de las partes, obligando
a la otra a pasar por tal declaración y cumplirla. En derecho penal, la
sentencia absuelve o condena al acusado,
imponiéndole en este último caso la pena correspondiente.
Las
sentencias pueden ser clasificadas de la siguiente manera:
Sentencia
constitutiva (proceso civil): Las que crean, modifican o extinguen una relación
judicial.
Ø Por la
presencia/ausencia del demandado:
1. Sentencia contradictoria: Cuando el demandado está presente
en la causa.
2. En rebeldía: Cuando la sentencia se dicta sin la presencia del demandado.
Ø Por la posibilidad de
impugnación:
1. Sentencia firme: Aquella contra la que no cabe la
interposición de ningún recurso, ordinario o extraordinario. Y cuando ambas
partes dejan transcurrir el tiempo y no interpone recurso impugnatorio. Está
amparada por el principio de cosa juzgada.
2. Sentencia no firme o recurrible: Es aquella contra la que se pueden interponer recursos.
Ø Por el grado de
jurisdicción:
1. Sentencia en primera instancia: La que devienen de los
órganos de primera instancia, por su competencia y jurisdicción.
2. Sentencia en apelación: Cuando se recurre, bien sea al
mismo órgano o al inmediatamente superior (Audiencia Provincial).
3. Sentencia en casación: Es aquella que se emite por el Tribunal Supremo pretendiendo casar la causa.
Ø Por la forma:
1. Sentencia escrita: La que se redacta por escrito y de esa
manera se da a conocer a las partes.
2. Sentencia oral: La que se expone oralmente ante las partes
involucradas, quienes quedan notificadas en ese mismo acto.
Para
que la sentencia sea completamente legal
debe reunir los requisitos de tiempo, lugar y forma; además, debe ser dictada en
un periodo de tiempo apto para la realización de los actos del juez o tribunal.
La fijación de este plazo varía según el procedimiento
de que se trate.
Es
importante resaltar que, las únicas sentencias que no se pueden apelar son
aquellas definitivamente firmes, en virtud que ya se ha recurrido a la última
instancia judicial para conocer el caso.